Desempolvando apuntes de la Diplomatura de Consumo Problemático de Sustancias que cursé, allá por 2017, en SEDRONAR me encuentro con la definición de Reducción de Daños.
Desde la Red Chilena de Reducción de Daños, definen esta teoría-práctica “como un conjunto de intervenciones preventivas, sanitarias y sociales, que tienen por finalidad minimizar los riesgos por el uso de alcohol, drogas psicoactivas y psicofármacos, así como reducir los daños que puedan causar sus consumos abusivos.”
Como he mencionado siempre, el problema no es el OBJETO/SUJETO con lo que me vinculo, el problema es, justamente, el ENTRAMADO que construyo en relación a ese otrx.
Podés no consumir sustancias psicoactivas de manera abusiva, pero quizá demandas amor a alguien que no te da bola, o te pasas horas enteras scrolleando instagram para llenar vacíos existenciales, o fumás un pucho tras otro prácticamente sin consciencia de ello, o no parás de hablarte mal a vos mismx, o no parás de hablar porque te incomoda el silencio, o comés sin control, o…. o…
Encuentre su patrón nocivo de comportamiento y ubíquelo en la oración.
El fundamento de esta teoría se basa en que, en los procesos de transformación, la clave es el cambio de Consciencia y no de Conducta
Porque cuando comprendemos porqué hacemos lo que hacemos, la conducta se modifica persé.
Primero comprendo, me DOY CUENTA, habilito mi consciencia
¿Desde dónde viene esta conducta, esta manera de vincularme?
¿Por qué actúo de esta forma?
¿Si me doy cuenta que me hace mal, por qué lo sigo haciendo?
¿Cómo puedo dejar de vincularme de esta manera?
Una vez comprendida la raíz, o bien, una vez que pude darme cuenta del daño, entonces tendré la OPCIÓN de elegir cómo continuar actuando.
Cuando soy consciente, puedo decidir. De lo contrario, actúo por compulsión.
Pero, en el mientras tanto (desde que me doy cuenta hasta que puedo modificar por completo mi conducta/vínculo nocivo), no se trata de SUPRIMIR o ELIMINAR ese/eso otro. Sino, ir menguando, alternando, complementando.
La Teoría de Reducción de Daños, en contraposición con la teoría abstencionista, trata de crear estrategias para aminorar el dolor que nos produce eso que estamos siendo y DAR TIEMPO para comprender los motivos que impulsan mis conductas.
La Reducción de Daños nos invita a bajar las exigencias en el cambio de nuestra conducta. No es DEJO TODO, BORRO TODO, ELIMINO TODO, BLOQUEO, CIERRO, TAPO, OLVIDO. Es lento, mucho más lento, porque es así como la consciencia tiene espacio para ver y escuchar los mensajes que se manifiestan a través de mis entramados vinculares.
Cuántas personas conocés que dejaron de fumar “de un día para el otro” pero volvieron a corto o largo plazo, por ejemplo. Cuando el cambio de conducta es RADICAL, siempre aparece un sustituto, algo que reemplaza eso que dejé. O bien, al tiempo, vuelve a aparecer lo mismo.
Insisto, buscá en vos y hacé tu propia analogía.
En mi caso, fue instagram.
Hace tiempo venía dándome cuenta que tenía una relación sumamente nociva con esa red social, me consumía el tiempo y me alteraba profundamente mi sistema nervioso. Me excusaba con que era mi herramienta de trabajo y entonces me entrampaba yo misma en un callejón sin salida. Porque sí, la usaba para trabajar, pero también para scrollear horas contenido basura y sin sentido.
Y, cuando lo usaba para subir algo respecto a mi trabajo me producía muchísima ansiedad esperar las repercusiones de mis propuestas.
Así estuve, podría decir, casi dos años. Con un vicio silencioso, socialmente aceptable, donde todxs entramos, donde todxs estamos en la misma, pero no nos animamos a expresarlo abiertamente.
Fui adicta a instagram.
Y me encuentro en transición. Comencé mi proceso de Reducción de Daños.
Cuando tomé la decisión de delegar la subida de historias a mi hermana, alguien me dijo
“ahora a estar atenta cuál es la próxima compensación”
como diciendo que “si dejás esto que para vos era un vicio, va a aparecer otra cosa nueva”.
Bien, esa es la postura abstencionista a la que NO queremos llegar.
No dejé instagram completamente. Y no es que “haga trampa” a mi propia decisión. Es que me cuido y avanzo con ternura.
Abro instagram desde la web y la uso para lo que más me gusta: chatear con la gente y leer algunos posteos de personas interesantes que sigo. Si bien puedo mirar historias, no tiene el mismo dinamismo que el celu, entonces termina por aburrirme. La compu también tiene otra movilidad y entonces, lo que antes era un vicio permanente que tenía adosado a la mano, ahora lo busco cuando tengo interés.
Te cuento estos detalles porque tiene que ver con CONOCER lo que me hace mal y distinguir aquellas cosas que sí pueden seguir siendo nutritivas para mi (al menos, por ahora).
Dejarlo por completo, claro, hubiera sido ir a llenar ese vacío con otra cosa.
Pero no. Porque la Reducción de Daños apunta a respetar los procesos en el cambio de consciencia y, por ende, en la modificación de la conducta.
Tomé la decisión de desinstalar la aplicación del celu y delegar ciertas funciones. Mientras, voy comprendiendo el daño que me hacía su uso, a la vez que sigo utilizando ciertos elementos que me gustan. Y veremos cómo continúo avanzando el proceso.
Básicamente, toda esta decisión inició cuando leí el concepto CALMA y entendí que eso era lo que estaba necesitando. Comenzar a transitar mi vida desde ese lugar, a tomar decisiones que tengan que ver con aquellas que me generan más calma, y a dejar de lado las acciones que en mi vida cotidiana me producen ansiedad.
Claro, es una práctica diaria, constante, suave y tierna. Sin exigencias, sin expectativas. En cada momento, observar cuán en calma me siento e intentar procurármela.
El objetivo de este artículo es sugerirte que, si hay algo que estés intentando modificar en tu vida porque te das cuenta que te genera malestar, intentá construir primero la consciencia sobre ese vínculo/conducta nociva, luego buscá alternativas creativas para menguar su daño y finalmente date aquello que necesitás.
Natalia Massaferro
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