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Elegir batallas ante una crisis social



Había empezado a escribir este mail relatando una secuencia que me sucedió estas últimas semanas. Estaba un poco enojada e incómoda y necesité descargarlo. Lo escribí y liberé, pero entendí que no era por ahí el mensaje que quiero dar. (Igual si alguien quiere conocer el chisme, me escribe y se lo paso jaja).


Cuando terminé de escribir el texto sobre esa anécdota, releí el final y me encontré con esta frase:

“Eu, no podemos estar en todas ni tampoco debemos ni tampoco nos corresponde”.

Y es acá donde me quiero detener para ampliar mi experiencia y que nos sirva un poco de aprendizaje a todxs en este contexto.


Estamos transitando un momento político a nivel colectivo donde todo es caos, incertidumbre, miedos, bronca, dolor e indignación. Hay muchísima información dando vueltas, noticias, videos, memes y tik toks hablando de política, economía y crisis social. Es muy difícil correrse de esa, desatender, desoír lo que le sucede al país, al vecinx, a nuestra familia y a nosotrxs mismxs con eso. Nos atraviesa por todos lados.

Nos genera una ansiedad descomunal querer saber un poco de todo, estar en tema, investigar, leer, profundizar. Y todo eso se lleva puesta nuestra salud mental. Nos provoca irritabilidad y caos, confusión y desánimo, angustia y desesperación.

Bueno, no a todxs, claro. Habrá quienes tendrán más herramientas para sobrellevar toda esta situación compleja con todas sus variables.

Pero somos muchos quienes no podemos con todo. Y ESTÁ BIEN.

Los temas en discusión son prácticamente TODOS los que tienen que ver con la vida individual y colectiva del ser humano en la Argentina: desde el momento de la gestación hasta el impacto ambiental, pasando por los precios, la jubilación, la tasa de intereses de los bancos, el calendario de vacunas, los aumentos de las prepagas, etc, etc. No se salva ningún área en este avasallamiento gubernamental contra la convivencia en sociedad, la justicia social y los derechos fundamentales de las personas.

Pero, ¿tenemos que saber todo de todo? ¿Es una obligación estar hiperinformadx?

En mi experiencia y según mi punto de vista, NO.

El que mucho abarca poco aprieta, dicen.

Esta estrategia maquiavélica de diseminar tantísima información tiene el objetivo exclusivo de marearnos, desenfocarnos y corrernos de eje. Y sí, lo están logrando.

Ayer hablaba con una chica por instagram que me decía que tenía ganas de “colgar jueces”, que estaba con muchísima bronca encima y que esa bronca le quitaba fuerzas para organizarse colectivamente.

Me pasó, durante la campaña y en las primeras semanas de gobierno. Me llené de odio, indignación y desesperación por querer “despertar” a otrxs que, posta, no la ven. Puse mucha energía en eso y, además de recibir bastante hate (que es lo de menos), entendí que a mí no me hacía bien ponerme al hombro todas las causas. Porque además, NO SE y no puedo.

Creo que me corrí a tiempo. De hecho me sume a un grupo de investigadores para armar contenido para una cuenta de instagram y desde que estoy ahí entendí que no es lo que quiero. No es por ahí mi servicio ni lo que me entusiasma. De hecho, básicamente, tanta información constante me hace mal.

Si pudiera dar un consejo que nadie me pidió, en caso que desees militar por la protección de los derechos en riesgo, en caso que sientas la necesidad de hacer algo con todo lo que está pasando, en caso que consideres que es importante actuar ante esta crisis socio-económica pero no sepas cómo, elegí UN TEMA. 

Elegí tu batalla y agrupate a otrxs que elijan la misma.

Somos miles y tenemos la capacidad de organizarnos para hacer frente a todo lo que quieren destruir.

Pero vos solx no podés con todo. Yo sola no puedo con todo, pero fundamentalmente no quiero.

En cambio, si nos dividimos por nuestros temas de interés, podemos unir fuerzas, ideas y potencialidades para construir salidas colectivas mucho más eficaces.

(otro día hablo de cómo juntarte con otrxs según tus mismos códigos de dolor).

Mi militancia es socio-espiritual. Es escribir este texto, desde otro país, para abrazarte con las palabras, para que, ojalá, algo de todo esto sirva de apoyo y motivación a alguien.

Mi militancia es contribuir con herramientas para despertar la conciencia social. No para todxs. Jamás para todxs. Para quienes quieran recibirla, para quienes se sientan convocadxs con la temática.

Mi militancia es hablar de una sanación colectiva y de diversas estrategias que podemos aplicar en nuestros entornos para acompañar situaciones de dolor social.

No voy a hablar de conciencia ambiental, ni de economía, ni de jubilaciones, ni de leyes. No voy a hablar de política exterior, ni de mercado ni de cooperativas.

No voy a hablar de debates en diputados, ni analizar la Ley Ómnibus, ni de parques nacionales ni de importaciones.

Hablaré de traumas individuales y colectivos porque estudio permanentemente sobre eso.

Hablaré de lazos sociales, de vincularidad, de cuidado mutuo, de sanación y reparación del daño porque es sobre lo que vengo trabajando hace años.

Hablaré, sí, de pobreza (pero no de índices porque no soy economista), de salud mental, de problemáticas sociales complejas, de derechos humanos, de organización comunitaria, porque soy trabajadora social y me formé muchísimo sobre estos temas.

Entonces, te invito a que, si toda esta situación te tiene en un no saber qué hacer ni para qué lado disparar, que definas tus batallas. Hacé un listado de tus temas de interés y de los temas en los que vos sabés que tenés experiencia, información, estudio. No importa ser unx eruditx en la materia, eso se construye (o no). Importa el interés genuino y la constante formación. 

Porque los tiempos que corren no están para andar improvisando, no están para hablar de ciertas temáticas por “buena onda”, o porque hay que hablar de todo un poco o para viralizar un reel.

Seamos responsables y conscientes. Y no nos metamos donde no tenemos con qué. Por respeto al dolor social y por cuidado a nuestras propias energías.

En estos tiempos, saber por dónde sí y por dónde no, es fundamental si queremos ser útiles a nivel colectivo.

Elegí tanto tus temáticas como el campo de batalla.

El campo es el escenario de acción.

Y si bien se dice mucho que los derechos se defienden en la calle y no por instagram, no estoy tan de acuerdo. O quizá necesito no estar de acuerdo porque no estoy en el país poniendo el cuerpo.

Pero sé que los derechos pueden defenderse de mil maneras y desde diversos espacios. Porque existen múltiples formas de denuncia, de exposición, de concientización, de armado de campañas, de organización y de difusión de temáticas.

Armate un podcast, un newsletter, un grupo de whatsapp, reunite con otrxs en tu casa, en la plaza, en un club; acercate a una organización barrial, a un centro cultural, a una institución de salud mental. Cada unx sabrá cómo puede militar, desde dónde y con qué recursos cuenta.

Y si no se te ocurre nada, posta, escribime y pensamos juntxs. Hay muchíiiiiiisimo para hacer, hoy y siempre. Pero más hoy que nunca, para acompañar situaciones complejas, problemáticas sociales y avasallamiento de derechos. Escribime y diseñamos juntxs alguna estrategia de acción concreta para que puedas unirte con otrxs en defensa de la temática que más te convoque.

Y si te convoca la militancia socio-espiritual, avisame también y quizá se nos ocurren cositas para hacer. Tengo una idea que puede gustarte. Charlemos y construyamos propuestas de Sanación Colectiva.


Natalia Massaferro


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