El éxito como respuesta del Universo
A veces, me peleo conmigo misma, Bah! con esa niña interna que sigue buscando atención todo el tiempo en todos lados. Esa atención que, siempre, es demanda de amor. Esa atención que pareciera nunca ser suficiente. Esa atención que, aunque aparezca por todos lados, siempre quiero más, espero más, ansío más.
Me cuesta aún comprender la lentitud de la expansión y el crecimiento. Es el gran desafío que atravieso en mi presente.
El otro día participé de un evento que organizó una chica acá en Gualeguaychú. En realidad, ni lo organizó. Tuvo ganas de juntarse a mover el cuerpo, hizo una invitación libre y gratuita, y se sumaron 16 personas. Fue todo espontáneo, liviano, sutil y mágico.
Su manera de convocar, desde la profunda intención de moverse con otrxs, me dejó maravillada. Entendí que, si bien todas las maneras son válidas y cada forma tiene su contexto, tengo que aprender mucho de lo sutil y lo liviano.
Tengo que soltar un poco los bombos y platillos con los que anuncio cada evento que propongo, cada taller, cada nuevo producto o servicio. Lo cargo de muchas expectativas de éxito y, aún, mi mente adolescente y fantasiosa no comprende que el éxito y la abundancia están de manera constante en todo lo que me rodea.
El éxito está cuando me llegan mensajes diciendo que lo que escribo les conmueve y les resuena.
Que lo que comparto les sirve, les gusta, lxs motiva.
Que lo que cuento de mis procesos, lxs espeja, lxs atraviesa y lxs acompaña.
Eso es éxito, eso es abundancia. Eso es la expansión sagrada de mis acciones, es el boomerang energético de mis intenciones. Ustedes, quienes me leen con amor y respeto.
Me cuesta verlo, me cuesta ver la magia en lo minúsculo, en el detalle, en la unidad, en lo particular y lo sutil.
Mi adolescente siempre busca más. Sigue deseando ser la líder de grupo que todxs miraban, sigue queriendo llamar la atención, hacer ruido y que la vean. Sigue deseando lo masivo, la multitud, sigue buscando esa aprobación en la mirada ajena. Esa adolescente enojada y dolida, sigue aferrada a la idea de que cuanto más visible soy, más me quieren y me respetan y entonces, me aman.
Intento contarle a esa adolescente que fui que el éxito se mide con otros relojes, con otros centímetros, con otra mirada. Que el éxito se mide desde la ternura, la compasión, la amabilidad, la honestidad, la humildad. Abrazo a esa adolescente dolida y le digo que, en realidad, no queremos cantidad, sino calidad; no queremos números, sino palabras.
¿Quién puede escucharme profundamente en la masividad?
¿A quién puedo llegar realmente si el público se amplía como mi mente adolescente desea?
Hoy sé que mi palabra, mi guía, mi sabiduría, mis textos, llegan a quienes tienen que llegar. Llegan porque son íntimos y cercanos, porque escribo para 20, no para mil.
Porque aunque a mi mente le importan los números, mi corazón siempre escribe para esx que me lee de verdad. Aunque quizá sea unx.
Me siento escuchada y eso me honra profundamente.
Eso es el éxito para mí, hoy.
Eso quiero recordarme cada día que es el éxito.
Me siento escuchada cuando halagan mi revista, cuando me mandan mensajes contándome lo bien que les hace leerme, cuando me dicen que quieren participar de un taller presencial para abrazarme. Me siento escuchada cuando, después de hacer una de mis meditaciones, se conmueven, lloran y se encuentran. Me siento escuchada cuando les interesa comprar mi mazo, mi agenda, mis libros. Cuando me eligen para que abra sus registros akáshicos, o que lxs acompañe en sus procesos de sanación y exploración creativa.
Me siento escuchada por el Universo porque entiendo que todo eso llega porque estoy dando de mi lo que sé, lo que soy, desde el amor y la intención de crear alivio en el dolor ajeno.
Anoche, mientras me quedaba dormida, pensaba que la Escucha es la herramienta práctica, concreta y accesible para conectar con vos, con lxs otrxs y con el todo. Es la herramienta que te permite acceder a tu espíritu, a construir vínculos reales y a atender la voz del universo en todas las cosas.
¿Te sentís escuchadx?
¿Sentís que la vida te devuelve según lo que estás ofreciendo?
¿Sentís que otrxs a tu alrededor te honran con la escucha y la atención?
Escuchar es una práctica espiritual y respetuosa.
Escuchar es hacer silencio para dar lugar a lo que tenga que acontecer, a que lo que ES se manifieste.
Atender el deseo, ponerlo en acción y soltarlo para abrirnos a la escucha, para recibir la respuesta.
Si siempre estoy haciendo sin parar, si no me detengo a prestar atención a lo que me devuelve el Universo como consecuencia de mis acciones, nunca podré sentir por dónde estoy yendo.
Acción y silencio.
Hacer y escuchar.
Manifestación y vacío.
Siempre, dar lugar.
Es una conversación constante. Un ida y vuelta. Un dar y recibir entre vos y el cosmos.
Después que vos hablás, el Universo responde. Tenés que hacer silencio para que el Universo responda. Si no dejás de hablar, de hacer, de crear, de construir, de trabajar, de activar, no tiene lugar para mostrarte que también vos estás siendo escuchadx.
A veces, creemos que nadie nos escucha. Pero porque tampoco nos permitimos el silencio.
Si hacemos silencio, vamos a sentirnos escuchadxs. Vamos a dar lugar a que el Universo nos devuelva la respuesta.
“Darse cuenta, hacerse cargo y dejarse en paz”
Intención, acción y manifestación.
La intención y la acción son nuestra responsabilidad, la manifestación de nuestros deseos es la respuesta del Universo. Lo que sucede como consecuencia de nuestras genuinas intenciones, eso es lo que se manifiesta en la realidad. Pero para que suceda, tengo que hacer espacio, esperar, escuchar, hacer silencio.
Es como caminar de un paso a la vez en la oscuridad. Hago un paso, me aquieto y espero que se ilumine el siguiente sector para ver por dónde pisar ahora. Se ilumina, y hago ese paso. Me aquieto, espero, escucho.
Natalia Massaferro
Precioso texto❤️ es tal cual cómo sentí participar de alguno de tus llamados, todo el amor que ponés en tus proyectos, justo en estos días pensaba que creo nunca hacer visto publicidad tuya en ningún lado, y aquí creo que encontré la respuesta, quizás sea una búsqueda de intimidad y cercanía, igualmente tengo la impresión de que hay mucha más gente a la que le gustaría llegar a tus palabras y propuestas, el amor es expansivo e incluyente, te abrazo y deseo muchos más éxitos en tu camino
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